Se acabó el culebrón. Después de varias semanas de especulación, Javi Rozada será el entrenador del Racing para la temporada 2020-21. Una vez más, el club apuesta por un técnico asturiano para buscar el ascenso a Segunda. Ya lo consiguieron Paco Fernández en una temporada histórica y después Iván Ania con la guinda en Son Malferit. A continuación, profundizo en la figura del ovetense, nuevo inquilino del banquillo racinguista.
Javi Rozada sonriente en una rueda de prensa como entrenador del Oviedo. Foto: Eloy Alonso.
Trayectoria:
Rozada tiene solo 38 años, pero cuenta ya con un currículum interesante. En el Lealtad, su primera experiencia, consiguió el ascenso a Segunda B y una permanencia con récord histórico de puntos de la entidad. También alcanzaría los mejores registros de siempre con el Oviedo Vetusta, al que saca de Tercera 16 años después y deja 5º en la categoría de bronce. La temporada pasada tuvo la oportunidad en Segunda, dirigiendo al Oviedo durante 23 partidos. Le tocó sustituir a Sergio Egea, que había dejado a los carbayones colistas, y pese a una buena gestión no consiguió mantener la línea y fue destituido.
Perfil:
Incorporar a Javi Rozada es traer a un hombre muy activo, nervioso e incluso hiperactivo. Él solo se basta y se sobra con su carácter para motivar y agitar a los jugadores. El asturiano considera una serie de aspectos fundamentales: la intensidad, el compromiso, la concentración, la valentía y la ambición. Esas claves han llevado a sus equipos a tener una identidad.
Dicho esto, aquí también podemos hablar de un punto a reforzar. Al ser muy temperamental, Rozada es dado a perder la compostura. Sus formas, con puntuales idas de olla, le han llevado a ser expulsado en varias ocasiones. Los encontronazos con árbitros, entrenadores e incluso jugadores han estado a la orden del día, si bien no deja de haber una evolución encaminada a calmar su temperamento.
A lo largo de las temporadas, Rozada ha demostrado que intenta adaptarse siempre al contexto. Ya sea del equipo, a partir de la plantilla y jugadores de los que podrá disponer, de cada partido en casa o a domicilio y del rival que está en frente. Cree más en ellos que en los sistemas. Rozada no tiene uno definido, manejando varios y muchos asimétricos en los partidos. En definitiva, busca lo que el encuentro le pide en cada momento.
En este sentido, los jugadores han elogiado en público su meticulosa preparación y simplificada información sobre el oponente. Meticuloso, conoce la categoría y se limita al día a día de entrenar y preparar los partidos, pretendiendo siempre dar buena imagen y forjar un equipo con el que la afición pueda identificarse. Y si pierde duerme mejor que cuando gana.
Con el Oviedo Vetusta, Rozada firmó su 2º ascenso a Segunda B. Foto: Real Oviedo.
Estilo de juego:
En la línea de lo comentado, en las anteriores experiencias Rozada tuvo que adaptarse siempre a los jugadores. Por eso, partiendo de unas ideas comunes, tanto en Villaviciosa como en Oviedo sus equipos practicaron un fútbol con matices y propuestas que les diferencian.
En su etapa en Les Caleyes, el Lealtad era un equipo muy peligroso en las transiciones ofensivas, llevando con rapidez el balón al ataque tras robar la pelota. También llegaban a zonas de peligro con muchos efectivos y argumentos para perforar la portería rival. En defensa cerraban muy bien por la zona central.
Su Oviedo Vetusta practicaba un fútbol vistoso. El equipo proponía a través de la posesión y procuraba también llegar al ataque con muchos hombres. Cuando la perdían, apretaban tras pérdida y procuraban juntarse en las transiciones. En este precedente también presenta como claves el día a día de los jugadores, con compromiso, intensidad, concentración, nivel de exigencia y buen ambiente.
En el primer equipo ovetense tuvo que levantar a una plantilla muy tocada. Pese a ello, le dio al Oviedo personalidad, agresividad y entereza. Intentó ser más dominante y controlar los partidos, pero faltaba calidad y perfiles adecuados. Los asturianos mejoraron cediendo protagonismo, esperando y jugando todos en pocos metros para salir al contragolpe. En el Carlos Tartiere procuraron ser más propositivos, pero con claros problemas de último pase y creación de peligro en tres cuartos.
Se puede observar como principal duda la endeblez defensiva, siendo el equipo más goleado del campeonato con Rozada en el banquillo. Le costó dar con la tecla probando diferentes sistemas y cambios de jugadores, aunque tuvo que lidiar también con varios problemas externos. Al buen trabajo le faltó confianza y continuidad en todos los niveles.
Dolido, Javi Rozada dijo adiós al club del que es socio y accionista. Foto: Pablo Lorenzana.
Esquemas:
En cuanto a esquemas, Rozada parte de la premisa de que el sistema de juego es solo un dibujo inicial: “Son todo estructuras dinámicas donde los jugadores cambian totalmente de uno a otro”.
En el Lealtad apostó fundamentalmente por jugar con 2 puntas en un 1-4-4-2, aunque también veíamos un doble pivote y un único punta en 1-4-2-3-1, o la alternativa de un 5 y dos volantes en 4-1-4-1. Un equipo que por sus características le tocó ceder más la posesión que tenerla.
En el Oviedo Vetusta mostró una clara predilección en su 1º año por el 4-2-3-1, potenciando el ataque por bandas y acostumbrando a un solo punta. Con la primera plantilla del Oviedo probó varias fórmulas, sobre todo dos líneas de 4 y arriba un delantero y otro por detrás en 4-4-1-1.
Apuesta por la cantera:
Además de corresponderse con el perfil de un entrenador al que le gusta controlar el partido a través de la posesión, Rozada también cumple con la predilección por la cantera que busca José María Amorrortu, director de Estrategia Deportiva. En el Lealtad ya confío en los chavales, potenciando una plantilla con muchos jóvenes, mientras que tras pasar por el filial en el Oviedo también introdujo a varios futbolistas en la dinámica del primer equipo. Son ejemplos Obeng, Steven, Riki, los hermanos Mier, Viti o Josín. Cuando pudo confecciono plantillas encaminadas a la juventud.
Imagen con la que se anunció la llegada del técnico a Santander. Foto: Real Racing Club.
Racing:
Uno de los artífices de su llegada es el nuevo secretario técnico del Racing, Pedro Menéndez. Rozada se embarcó con el entonces presidente del Lealtad en una aventura de la que sacaron una buena amistad y grandes resultados. Por ello, se prevé una buena sintonía para la confección de plantilla y entendimiento con el trabajo conjunto.
Aún es pronto, ya que acaba de llegar y apenas tiene efectivos a su disposición, pero se espera un entrenador al que le gusta ser protagonista en los partidos, dominando y practicando un fútbol ofensivo, más o menos vistoso. Del mismo modo, como agitador de partidos que es, seguro el Racing podrá proponer un ritmo alto, presionante y con muchas transiciones. Es decir, que no necesariamente sus jugadas serían de muchos pases.
En sus anteriores experiencias apostó siempre por una defensa de cuatro. En el caso de introducir más hombres en la retaguardia es de los que opta por poblar el medio, con jugadores de corte más defensivo y otros con llegada al ataque. Sus futbolistas más ofensivos acostumbran a ser móviles e intercambiar las posiciones para ser indetectables, ganando peso el juego por bandas. Además, es probable que, de acuerdo con el hábito de Rozada, el próximo Racing funcione con un único nueve puro, a la espera claro está de la confección y adaptación a la plantilla.
Como en cualquier club, la gestión del grupo será esencial. Rozada considera el manejo del futbolista una de sus principales virtudes, asegurando que nunca ha tenido un problema en el vestuario. Sobrellevar las emociones, controlarlas y soportar la presión de El Sardinero serán también con seguridad puntos importantes para el devenir del futuro.
El Racing de Rozada echará a rodar el lunes 10 de agosto a las 17:30h en las Instalaciones Nando Yosu. En el día de esta publicación se llevará a cabo su presentación. En cuanto a su equipo técnico, los compañeros de SER Deportivos Cantabria adelantaron que Pedro Dorronsoro subirá al 1º equipo como entrenador de porteros.